13 de enero de 2007

Chuken Hachiko (el leal perro Hachiko)


Érase una vez, un perrito llamado Hachiko, pero apodado por todos cariñosamente como Hachi. Akita de raza, macho y con un hermoso pelaje blanco. Tenia por costumbre acompañar a su amo cada día a la estación del metro de Shibuya cada vez que el hombre tenia que ir a trabajar y después se sentaba a esperar en la plaza hasta que su amo acabase el trabajo. Un perrito de lo más fiel conocido por todos los corrientes del metro de Shibuya. Un día al amo le dió un infarto, pero el perrito (¿como va a saber eso un perro?) fiel a su amo, iba cada día a recogerle con la esperanza de que algún día volviese, hiciese el tiempo que hiciese, nieve, lluvia, truenos... Pasaron los años, casi 10, la gente siempre iba a verle y asi alimentar al pobre perrito. Un fatídico día, cuando el perrito ya tenia sus 12 añitos, lo encontraron muerto en la estación de tren, esperando como cada día hacia a su querido amo. Tal historia conmocionó tanto al pueblo japonés que decidieron hacerle una estatua en el centro de Shibuya en honor a ese perrito tan fiel, que jamás habrá otro igual. Por ello contrataron los mismos habitantes de Shibuya a un gran escultor para que la forjase. Durante la guerra se fundieron todas las estatuas, pero se creó una asociación ya que el mito de Hachiko siempre estuvo presente en el pensamiento de los habitantes y contrataron al hijo del anterior escultor, ya fallecido, para que forjase la nueva estatua de Hachiko. Actualmente se encuentra en la misma plaza donde Hachiko esperaba a su dueño, la plaza frente la estación de Shibuya. El 8 de abril de cada año se conmemora a Hachiko en esta misma plaza. Los restos de Hachiko descansan junto a los de su amo el Dr. Eusaburo Ueno.
En una esquina de la sepultura de su dueño en el Cementerio de Aoyama, Minmi-Aoyama, Minato-Ku, Tokio.



Nunca me habia parado a leer la historia de Hachiko completamente, se que era en honor a un perro fiel, pero, cuando la leí entera, la tristeza me inundó y surgió la necesidad de plasmar su historia con mis propias palabras para que todo el mundo que no la conozca, pueda llenarse el alma con ella. Una historia de bondad y lealtad, lo grande, es que un perro sea capáz de ser mejor ser viviente que los propios humanos. Hachi... te queremos, estoy orgullosa de que me llamen como a ti. Me hubiese gustado haber nacido en esa época y en ese mismo ligar solo para haberte acompañado cada día en tu larga espera, porque te lo mereces más que nadie en el mundo.

PD: *sniff*

3 comentarios:

Yami dijo...

que tienes en contra de los perros? ¬¬U

dijo...

Los perros, son los animales mas fieles, y leales que hay, los gatos, son simple adorno, independientes.... y hacen compañia por conveniencia.

Perros PowaHH!! XD

La historia es realmenet conmovedora... >.<

Anónimo dijo...

Yo quiero un perro asiii!!!